La temporada 2025 ha dejado claro que la Real Sociedad no es competitiva. No se puede permitir que un equipo de LaLiga saque menos de la mitad de los puntos posibles en casa y apenas gane fuera de ella. Anoeta, que históricamente ha sido un fortÃn, ya no cumple ese papel; la Real pierde demasiados puntos en su estadio y depende de la buena voluntad del rival para sumar. Esa irregularidad local refleja un problema de fondo: el equipo carece de la consistencia que se espera de un conjunto de Primera División.
Peor aún es la situación fuera de casa. Solo dos victorias en 2025 muestran que la Real no está preparada para competir lejos de su hogar. No es solo cuestión de mala suerte o de rival complicado; es un fallo estructural que pone en evidencia la falta de carácter, de concentración y de estrategia. Los rivales saben que basta con jugar con orden y paciencia para doblegar a un equipo que no intimida, que no impone y que cede demasiadas ventajas.
Estos números son totalmente insostenibles para un club que aspira a consolidarse en la zona media-alta de LaLiga. La competitividad no se mide solo en partidos puntuales, sino en la capacidad de mantener un nivel aceptable en casa y fuera. Si la Real no cambia su mentalidad, no refuerza su solidez defensiva y no aprende a aprovechar su localÃa, seguirá dejando escapar puntos de manera incomprensible.
El equipo necesita un cambio profundo. Recuperar Anoeta como fortÃn es fundamental, pero también lo es aprender a competir fuera, a ser agresivo, organizado y fiable. Hasta que no lo haga, los números seguirán señalando a una Real incapaz de mantener la competitividad que la afición merece y que la historia del club exige.

