La Real Sociedad afronta una cuesta de enero especialmente exigente desde una posición delicada en la clasificación. El equipo txuri urdin parte desde el puesto 16, con 17 puntos, una situación que condiciona cualquier análisis del calendario inmediato. El primer escollo no admite matices: el Atlético de Madrid. El conjunto rojiblanco, uno de los equipos más sólidos de la competición y habitual aspirante a todo, será la primera prueba del nuevo proyecto de Pellegrino Matarazzo. Un debut de máxima exigencia ante un rival que castiga cualquier error y que suele manejar con solvencia los escenarios de presión. Para la Real, el contexto añade dificultad: poco margen de adaptación, necesidad de sumar y un rival que no concede treguas ni en casa ni fuera.
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Sin apenas tiempo para digerir ese primer enfrentamiento, la Real deberá viajar a Getafe con solo cuatro dÃas de descanso. El Coliseum Alfonso Pérez siempre ha sido un escenario incómodo, ante un equipo duro, fÃsico y muy competitivo en su estadio. El esfuerzo acumulado y la escasa recuperación convierten ese partido en otro desafÃo de alto nivel, más aún para un equipo que busca estabilidad. Y el calendario no concede respiro: el 18 de enero llegará el FC Barcelona a Anoeta. El actual lÃder de LaLiga visitará Donostia en uno de los encuentros más complejos de toda la temporada, por entidad del rival y por el momento competitivo en el que se produce. Tres partidos consecutivos ante rivales de enorme dificultad marcan el tono del mes.Â
El cierre de enero tampoco suaviza el panorama. La Real recibirá al Celta en Anoeta, un rival históricamente complicado, bien trabajado y al que siempre cuesta imponerse, independientemente de la clasificación. Ya en febrero, el calendario vuelve a elevar el nivel con el derbi vasco en San Mamés, un partido de máxima exigencia emocional y futbolÃstica. Después llegará el Elche a Donostia, antes de un nuevo desplazamiento de enorme dificultad al Santiago Bernabéu para medirse al Real Madrid. En total, siete partidos iniciales al frente del equipo para Pellegrino Matarazzo con un nivel de exigencia muy elevado, ante rivales de primer orden y con desplazamientos complejos que definen una cuesta de enero -y principios de febrero- de máxima dificultad.