Poco a poco, la Fórmula 1 ve como se alinean algunas de sus piezas más codiciadas. Checo Pérez ha decidido volver en 2026 al gran circo y sólo es cuestión de tiempo que volvamos a verle en las carreras. Salvo sorpresa final, será el estandarte de Cadillac para las próximas tres temporadas, justo lo que ha firmado el GP de Ciudad de México. En las espaldas del mexicano y sus pasionales seguidores está su influencia en cuatro carreras, Miami, la de su país (coorganizada por Liberty), Austin y Las Vegas. La de este pasado fin de semana es la que menos lo sufre, pero el ritmo de la venta de entradas ha decaído en las tres últimas. Sin Sergio, DF no hubiera renovado.Colapinto y el apoyo de ArgentinaEl que viene ya es Franco Colapinto. En Imola estará subido con el Alpine. Vuelve la fiebre, vuelve la locura. Un país entero volcado con su piloto. Envidia sana de la ilusión de Argentina sólo por el hecho de estar en la Fórmula 1. Esto me recuerda a España en el año 2000. Telefónica con Minardi y Repsol con Arrows. Chiribitas sólo con ver a uno de los nuestros entre los seis primeros. Ahora nos hemos hecho adictos al rincón del gourmet. Sin podios ni victorias todo es amargura. Con lo difícil que es tener a dos pilotos entre los mejores del mundo.Estos días muchos se adjudican la noticia. En realidad, esto ya me lo dijo una fuente, que prefiere seguir en el anonimato, en Doha 2024: “Flavio está como loco por subir a Colapinto. No va a durar mucho Doohan. De hecho, le hacen debutar antes de lo previsto en Abu Dabi para que se vean sus carencias”. Jack no tenía tanto músculo financiero como para asegurarse un año. Me hablaban entonces de Abu Dabi y cinco o seis carreras del 25. Ding dong. A la séptima ha llegado la vencida.Pero este texto no es para tirarme el rollo, sino para reconocer al verdadero filtrador de oro y revienta comunicados, Horacio Marín, presidente de la petrolera YPF. Uno de sus patrocinadores. Hace unos días, cuando creía que el micrófono ya estaba cerrado, le dijo al periodista Eduardo Feinmann que Franco iba a debutar con Alpine en Imola. Ni su posterior desmentido, “es sólo un deseo, yo no soy su manager”, o el del jefe de la escudería francesa, Oliver Oakes, resultaron creíbles. Este último utilizó la siguiente: “¿Seguirá Doohan en Imola? Sí, claro, pero también le seguimos evaluando”. Cuando un piloto está siendo examinado así, es que tiene el pomo de la puerta en la mano.Cuando Telefónica y Repsol se involucraron en la F1Una de las primeras noticias que di como periodista en la Fórmula 1 fue la llegada de Marc Gené con Telefónica a Minardi. En realidad, no me dedicaba profesionalmente al motor, pero un ‘Horacio Marín’ de turno me lo contó en una presentación de atletismo. En aquellos años donde los AVES eran puntuales la Fórmula 1 se convirtió en una apuesta de estado. Como sucede ahora en Argentina. Esta semana Franco estará rodando tres días en Silverstone con un coche de otro año para refrescar los procedimientos. Me alegro por él. En Albert Park me contaba lo mucho que se aburría acudiendo a los grandes premios sin poder competir.La figura del informador ocasional es esencial para un periodista. Antes de decirlo sin tapujos en la tele en Abu Dabi 2014, el Rey emérito don Juan Carlos nos hizo abrir los ojos cuando se subió a un carrito de golf con el escudo de McLaren: “Anda, como el coche del año que viene de Alonso”. Lo sabíamos, y lo habíamos contado ya, pero no era oficial todavía. Minutos después Fernando sonreía: “No puedo comentar nada, pero si lo dice el Rey…”. Son historias de paddock, como la ausencia del asturiano del hospitality de Alpine el sábado de Hungría que firmó por Aston Martin. Cosas que ves y oyes que a veces no dan para adelantar una noticia, pero sí para avisar: “Ojo, que la renovación con el equipo francés está parada. Aston está apretando fuerte…” Ahora donde tiene que apretar es en la pista.
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