Optimista y esperanzado en 2026, así se muestra Fernando Alonso mirando al próximo año, al primer coche de Newey en Silverstone, a la llegada de Honda y en un reglamento que es una hoja en blanco, muy enrevesado en cuanto a la aerodinámica y a la entrega de potencia de los nuevos motores híbridos (55/45). Puede ser un cambio de paradigma completo, un vuelco a lo que estamos viviendo ahora.»Hay que confiar en el equipo y en la gente que tenemos en la fábrica. Creo que las últimas contrataciones que hemos hecho y la gente nueva que ha llegado nos han permitido resetear nuestras expectativas y nuestra motivación. Si no ves ningún cambio cuando la situación no es buena, entonces se convierte en un problema. Entonces pierdes la confianza. No ves la luz al final del túnel. Pero creo que en Aston Martin lo que he encontrado es un equipo y un liderazgo que nunca estarán contentos hasta que ganemos», asegura en el avance de una entrevista servida por Maaden, patrocinador del equipo.Seguro con NeweyLa llegada de Adrian Newey es un punto de inflexión, sobre todo para manejar el nuevo equipo y calibrar y alinear las nuevas instalaciones de den Campus de Aston: el simulador, el túnel de viento y todas las herramientas de última generación. «Sin duda, es el mejor diseñador de la historia de este deporte y probablemente nadie alcanzará nunca sus números. Su forma de trabajar explica algunos de los resultados que ha obtenido. Tiene una forma increíble de ver el coche como una pieza única que funciona en conjunto, no como dispositivos individuales que proporcionan rendimiento. Es capaz de anticipar el coche completo como si fuera una sola pieza. Parece tenerlo todo bajo control en todo momento. Tiene una confianza en sí mismo que probablemente nunca había visto antes. No le preocupan los demás equipos, ni otras filosofías, ni otros diseños. Cree que el suyo será el mejor», expresa Fernando.Y al verle a los mandos, dice sentirse, «muy seguro», lanza.. «Newey vino a Mónaco para la carrera, estaba en el garaje. No habla con mucha gente, pero al mismo tiempo siempre está pensando y tocando cosas. El alerón delantero aquí, la suspensión allá… Creo que es más un artista que un ingeniero», destaca.Y comparte algunas cosas con el genio de la aerodinámica, a su juicio, como que, «cuando estamos motivados, nos obsesionamos».En cuanto a la relación entre el trabajo incansable y ganar, son a juico de Fernando indisolubles lo uno de lo otro. «Son parte el uno del otro. No se puede tener uno sin el otro, pero el trabajo duro y el proceso de ganar y lograr algo especial ya es una victoria, ya es un éxito. Cuando participo en un campeonato o en una carrera, creo que soy el mejor preparado. Ese tipo de preparación, ese tipo de conocimiento sobre toda la situación de la carrera me convierten en ganador antes de empezar la carrera. Y no voy a ganar la carrera», resume en lo que es su mecánica de trabajo y de pensamiento. «Entiendo cuáles son las limitaciones del paquete y la velocidad que tenemos, pero voy a la carrera lleno de optimismo, confianza y determinación para conseguir el mejor resultado ese domingo. A veces es séptimo, a veces es noveno, a veces es en el podio. Si el podio está en nuestras manos, no voy a terminar octavo. Estoy seguro de ello», dice sobre su forma de entender la F1.»La grandeza es la mejor versión de ti mismo en ese momento y no dejar nunca de buscar algo mejor. Eso es la grandeza para mí», dice en algo que demuestra cada vez que se sube al coche, pero también antes u después, con un dedicación estajanovista en cada aspecto que atañen a su profesión de piloto.Fernando comparte una anécdota de cómo intenta influir en cada detalle, en el ánimo de sus rivales, haciéndoles jugar en su campo de juego. Recuerda una anécdota de Corea 2010, cuando la carrera se detuvo por agua y pudo hablar unos segundos con Mark Webber, que era quien lideraba el campeonato para Red Bull en aquella fase de la temporada. «Le dije que sería un caos, que la pista estaría imposible por el aquaplaning, Quería meterme en su cabeza de alguna forma y tras la resalida acabó saliéndose de la pista. De alguna manera mantuve el Mundial vivo cuando ya no lo estaba», dice sobre el campeonato que acabó perdiendo en Abu Dhabi por un error imperdonable en el muro de Ferrari, que nunca parece tener esa atención por el detalle que requiere ganar en la F1 desde hace muchos años.
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