Oscar Piastri avisó en la mañana del viernes en Spa-Francorchamps de lo que tenía entre manos. Firmó un 1:42.022 que envió a Max Verstappen, especialista en suelo belga, a casi medio segundo. Unas horas más tarde lo llevó al siguiente extremo, colocando la mejor vuelta de la historia en los míticos siete kilómetros que atraviesa localidades como Malmedy y Stavelot. Un 1:40.510 que reventaba todos los registros en un lugar que la Fórmula 1 visita… desde que es Fórmula 1.Piastri, en acción.LAPRESSEEl 1:40.510 pasa a la historia. Porque superó los registros de 2020, cuando Mercedes diseñó el W11, un aniquilador de rivales y tiempos. Lewis Hamilton, el que le llevó al límite, facturó un 41.252 que Piastri aniquiló en la SQ3. «Es mi circuito favorito», decía el australiano.Existen varias justificaciones. Una clara es que la reglamentación actual facilita actuaciones así, pues la normativa efecto suelo se adapta a un circuito en el que se pasa más tiempo a fondo que en otras cosas. Y otra es un McLaren fuera de categoría, que destroza desde el segundo sector a todos sus rivales. «Teníamos muchísimo ritmo», confesó Piastri.Teníamos muchísimo ritmoOscar PiastriEstuvo en una liga diferente. Verstappen se quedó a 0.477; Norris, con el mismo coche, por encima del medio segundo (0.618) y Leclerc, un clasificador increíble, el último en el mismo segundo (0.768). No hubo historia con el australiano, que es máximo favorito a firmar el doblete en el sprint y carrera. Aunque puede llover, cosa que le dejó tocado en carreras como la corta de Miami o la inaugural de Australia.Piastri, con sus mecánicos.POOLLa vuelta fue atómica, el rendimiento también. «Es una vuelta increíble. Capitalizó todo lo que estaba disponible en el coche», explicó su jefe de equipo, Andrea Stella. Que superó cualquier drama de la SQ2, donde los McLaren vivieron como la mejora salvaje les dio más de un susto para entrar en el corte de los 10 mejores.
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