Tic, tac, tic tac. Arrancan los motores, tiembla Monza. Norris se va a la tierra porque Max, el salvaje, le cierra en los primeros metros. Se tocan en la primera frenada, se salta la curva pero no cede inmediatamente la posición. Un corajudo Leclerc, que siempre se vacía en la carrera de casa, pasa a Piastri. Estos dos son más limpios. Óscar le adelanta por fuera de manera imperial en la primera de Lesmo. «Va tan rápido el Ferrari en las rectas… Y tan lento en las curvas», pensaba desde el coche con el corazón latiendo a 180 pulsaciones. Charles y Max atacan sin piedad porque sabe lo que se juegan los aspirantes al título. Lando es líder, pero no tiene ritmo. Tic tac, el tiempo pasa muy deprisa, a 250 km/h. Cinco vueltas para el recuerdo. El tetracampeón del mundo se pone líder con otra frenada escandalosa. Se va…Tic tac. Más atrás, el veterano guerrero Alonso pasa por fuera a Bortoleto, antes había rebasado a Antonelli, embarcado en un fin de semana infame. Es sexto, pero pronto le devuelve la posición a su pupilo brasileño. Su plan es otro, aprovecharse del DRS y el rebufo para ganar siete décimas por vuelta. Mejor que cualquier evolución. Lo único malo es que hay que aguantar el coche en las frenadas y en la parabólica. Mantener ese ritmo con el penúltimo coche de la parrilla.Sainz y la batería¡Viajeros al tren! los monoplazas se colocan en hileras de DRS y Sainz empieza a preocuparse por la pérdida de potencia en las rectas. Y por esa estrategia peor que la de su compañero de equipo. Antes en las escuderías el que iba delante se llevaba la buena. Últimamente es al revés. Williams y Aston a la cabeza. Carlos, con la media ya gastada, deja pasar a Albon, que lleva la dura. Puede ser positivo si le da DRS. No se lo da. Se pira. «La batería es una broma», dice Carlos por la radio.Tic clac. Un sonoro ruido alerta a Alonso a la salida de Ascari. La suspensión delantera, diseñada y construida por Aston Martin, revienta sobre el piano. Había pasado en boxes a Bortoleto y marcaba vuelta rápida personal a cada paso por meta. «Iba muy fuerte, derrapando en todos los lados y se le rompió. Es una pena, me hubiera gustado luchar con él», aseveraba el brasileño tras la carrera.»Box, box». «Es increíble», dice un Fernando enfurecido, y apenado, por la radio. Luchaba por la séptima plaza y Mike Krack, jefe de ingeniería, pensaba que los puntos eran posibles. El asturiano sabe que, por muy duro que sea el piano, y los de Ascari ya no son lo que eran, una avería así es inadmisible. El ingeniero luxemburgués me asegura que el límite presupuestario no tiene nada que ver: «No son piezas viejas. En ningún caso vamos a ahorrar en aspectos que puedan poner en peligro la seguridad del piloto».Las hipótesis de la retirada de AlonsoNo hay motivos para no creerle. Sin mediar un golpe excesivo, entonces el fallo pudo estar en los controles de calidad en la fabricación o incluso en pista, donde cada día se verifica que todo esté bien. No se permite ninguna holgura. Todo debe estar perfecto. Como dijimos en Mónaco, motor recalentado por mala refrigeración, errores así no pueden producirse cuando aspiras a ser un grande. La mala fortuna, esa carta que se buscó Fernando en su fugaz aparición con los medios, era sólo una manera de evitar la crítica abierta a un equipo con el que sí se mostró enfadado en privado. «Soy ingeniero, no creo en la suerte, siguiente pregunta», me dijo Krack. Tiene razón.Tic crash. Bearman golpea por detrás a Sainz. Tardan unos segundos en reanudar la marcha. Se le hicieron eternos a un Verstappen que sabía que un coche de seguridad era mortal para su triunfo. Y sí, amigos, se dedicó a ver la jugada por las pantallas gigantes que jalonan la pista. Así de arrolladora era su superioridad. Carlos pierde 11 puntos aero con el golpe. Otras dos décimas por vuelta de hándicap en un día para olvidar.Tic Tac. Termina la carrera moderna más rápida de la historia. 1h y 13 minutos. Ves, Domenicali, como no hace falta que sean más cortas. Max disfruta en el podio al ver como corean su nombre los ferraristas. Abuchean a Norris. Él no tiene la culpa de la muy inapropiada decisión del box naranja de quitarle el segundo puesto a Piastri porque a Lando le habían hecho una mala parada. ¿Qué harán sin pasa eso en las carreras finales? El líder de Mundial lo recalca por la radio: «Pensaba que una parada se consideraba como una circunstancia de carrera». Después recula con los medios, atrapado en la celda de corrección naranja. Luchad en pista carajo y enterrad el libro de normas ese que os habéis inventado. Verstappen lo tiene claro: «Yo no hubiera cedido la posición».Lejos de los focos, un Carlos Sainz bastante hundido habla sentado con los más allegados de su equipo, Carlos Oñoro y Roberto Merhi. Necesita calmar su decepción y enfado antes de comparecer con las teles. La vuelta de regreso a boxes la hizo detrás de los Ferrari, en un símbolo del sueño que un día le arrebataron y no termina de funcionarles a ninguna de las partes. Le aplauden y vitorean. Él no responde a la charla motivacional de su jefe Vowles por la radio. El séptimo de Albon, una vez más, tenía que haber sido suyo. Monza 2025. Lo bueno y lo malo de la F-1, y de la vida, condensados en sólo 73 minutos. Tic tac.
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