La Real Sociedad encara el nuevo año con varios deseos claros marcados en rojo. No son promesas ni objetivos cerrados, sino lÃneas de trabajo que el propio club y su entorno consideran imprescindibles para enderezar el rumbo. El primero de ellos pasa por recuperar la regularidad, una asignatura pendiente en los últimos meses. El equipo ha sido incapaz de sostener buenas dinámicas en el tiempo y ha alternado actuaciones sólidas con caÃdas abruptas. La clasificación refleja bien esa sensación de ir a trompicones, con tramos de mejora seguidos de baches profundos que han impedido despegar y salir de la zona baja de la tabla. La falta de continuidad ha sido uno de los grandes lastres del curso y corregirla aparece como una necesidad básica.
El segundo deseo está directamente ligado al anterior: volver a ser competitivos, especialmente desde la solidez defensiva. La Real ya no es un equipo que cierre partidos con facilidad. Los números hablan por sà solos. Ã�lex Remiro ha encajado 25 goles en 17 partidos y solo ha logrado dejar la porterÃa a cero en una ocasión. Es un registro muy alejado de lo que históricamente ha sido una de las señas de identidad del equipo en las últimas temporadas. Encajar casi siempre obliga a remar contracorriente y reduce mucho el margen de error. La mejora defensiva, tanto individual como colectiva, es uno de los grandes deseos del vestuario y del cuerpo técnico para este nuevo año.
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El tercer pilar vuelve a mirar a casa: crecer desde Zubieta. La Real Sociedad mantiene intacta su apuesta por la cantera como base del proyecto. El deseo no es solo que los jóvenes tengan minutos, sino que sean un discurso y no un simple recurso puntual. El club quiere que los talentos formados en Zubieta sigan siendo el eje sobre el que se construya el equipo, aportando identidad, continuidad y sentido de pertenencia. En un contexto deportivo complicado, reforzar ese vÃnculo con la casa se entiende también como una forma de sostener el proyecto a medio y largo plazo.
Por último, aparece un deseo que hoy parece lejano pero que sigue presente: volver a Europa. No es una obsesión inmediata ni una meta a corto plazo, pero sà un horizonte que la Real no ha borrado de su imaginario. Para volver a pensar en competir en Europa deberán superarse antes muchas fases: mejorar resultados, recuperar fiabilidad, ganar regularidad y escalar posiciones. A dÃa de hoy, ese sueño está aparcado, pero no olvidado. Forma parte del ADN reciente del club y sigue siendo uno de los grandes deseos que acompañan a la Real Sociedad en el inicio de este nuevo año.

