El Real Madrid, a pesar de perder ante el City, sigue en puestos de clasificación directa para octavos de final de la Champions. El equipo, en la Liga, ha perdido 9 puntos respecto al Barça en tan solo 6 jornadas. Las opciones de ganar todos los tÃtulos siguen intactas, pero lo peor de Xabi Alonso es que su equipo aún no tiene una idea de que fútbol quiere jugar, que algunos de sus jugadores no están con su entrenador (los casos de Valverde y Vinicius claman al cielo) y que no goza de la cobertura área necesaria por parte del presidente. Paradójicamente, la noche más feliz, cuando el Madrid ganó al Barça en el Clásico, ha sido la que ha acarreado la tormenta posterior. Si no se entendió que sustituyera a Vinicius, mucho peor fue el show del brasileño enfadado por ese relevo. Eso lo vieron todos los espectadores del mundo, pero el episodio grave fue cuando tras el toque de atención a Xabi, el entrenador hizo como si nada hubiese sucedido y Vinicius -que lleva once encuentros sin marcar- se ha convertido en intocable. La credibilidad de Xabi Alonso, dentro del vestuario, quedó por los suelos.
Ante esta tesitura, cada partido parece ya un ‘match ball’ para el entrenador. Si pierde en Vitoria, dicen que se lo van a cargar. Pero el Madrid ganará, como lo hizo en San Mamés y la agonÃa de Xabi seguirá, partido a partido. El madridismo sabe que el entrenador está en manos de la actitud de los jugadores. Pero entiende que es más fácil cambiar a uno que a ocho vacas sagradas. Lo raro de este episodio es que la central lechera, afÃn al palco del Bernabéu, ya empiece a deslizar el nombre de José Mourinho. ¿Han visto su currÃculum de enormes fracasos desde que dejó la casa blanca? De mal en peor.

