En la F1 2025 se está poniendo de relieve que en el deporte es esencial ganar, pero también que un ídolo debe atesorar un ramillete de virtudes que trasciendan las habilidades intrínsecas de la disciplina que practica. El campeón va a salir del garaje de McLaren. Y lo cierto es que Piastri y Norris carecen de carisma. Hacen muy bien lo que hacen, pero se están beneficiando enormemente del poderío de ese arma nuclear que es el MCL39. Los chicos buenos no tocan rock & roll y eso no engancha a un público ávido de emociones fuertes.En cambio, Hamilton, Verstappen y Alonso pertenecen al selecto club de deportistas que dependiendo del prisma con el que se los mire pueden ser héroes o villanos. Todo lo que le sucede a este tridente de multicampeones resulta interesante por muchas y variadas razones. El que protagoniza la historia más jugosa de 2025 es Hamilton. El británico fichó por Ferrari en un movimiento que fue tildado de puro marketing. A sus 40 años se fue de Mercedes, lugar que le sirvió para atiborrar de trofeos sus vitrinas, para desembarcar en la escudería más icónica del Gran Circo, pero inmersa en una perpetua crisis (su último título en pilotos llevó la rúbrica de Raikkonen en ¡2007!).Lewis Hamilton, piloto oficial de Ferrari.Pronto se vio que el SF-25 no era el coche apropiado para perseguir proezas. En este curso de adaptación y con el agravante de tener al lado a Leclerc, un hueso duro de roer, a Lewis se le ha visto sufrir lo indecible. Pero eso de declararse “inútil” es una triste manera de exigir a la Scuderia que le preste atención. Eso sí, el ‘44’ no está atrapado en una pesadilla (el actual suplicio está a años luz del polémico desenlace de Abu Dhabi 2021). Está en el epílogo de una gran trayectoria. Ha ganado mucho y ahora debe saber perder con dignidad.
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