No cabe duda de que ayer fue un dÃa para liberar emociones. Volver al Camp Nou en un partido oficial y contra un rival siempre complicado, era un sueño para mucha gente. Y saborearlo en directo, a pesar de todo, un privilegio.
Vivimos en una época en la que se habla mucho de la influencia de las emociones en las contiendas electorales. Precisamente el jueves pude asistir a una cena-coloquio en la que el ponente era el periodista y escritor Toni Aira, uno de los especialistas más valorados en el ámbito de la comunicación polÃtica. Pero también se habló del Barça y las próximas elecciones. Sin entrar en detalles es evidente que una de las constataciones que hubo era que habÃa puntos de coincidencia, pero también diferencias importantes, entre unas elecciones a la presidencia del Barça y unas elecciones polÃticas. Y una de las más sustanciales es la que tiene que ver en si la pelota entra o no entra. Eso que en Can Barça es crucial, en las elecciones polÃticas se mide de forma bien distinta.
Vivimos en una época de emociones intensas en todos los ámbitos, y las emociones marcan también todo lo que tiene que ver con la comunicación. El deporte, el fútbol y muy especialmente el Barça no son una excepción.
Pero claro, más allá de que el balón entre o no entre, en estas próximas elecciones al Barça habrá varios temas, de mucho peso especÃfico, que pueden llegar a influir en la decisión que tomen los socios. Entre 4 y 6 meses los socios del Barça tendrán derecho a votar quiénes quieren y cómo quieren que se rija el destino del club. Mientras tanto siempre querremos que la pelota entre muchas veces y que las emociones nos desborden a todos. Pero cuando toque, será necesario que el voto sea racional, objetivo y pensando en el futuro del club, sus valores y el colectivo que representa.

