El partido de Gorrotxategi en El Sadar fue, sencillamente, su actuaci贸n m谩s completa desde que subi贸 al primer equipo. El pivote sostuvo la estructura, aceler贸 los ataques cuando tocaba y dio calma cuando el duelo ped铆a frenar el ritmo. La Real form贸 en salida con un mecanismo claro: 茅l se incrustaba entre los centrales para generar esa l铆nea de tres que tanto necesitaba el equipo para superar la presi贸n osasunista por fuera, generando terceras alturas. Fue un recurso clave para progresar, porque permiti贸 a los laterales recibir con ventaja y a los interiores colocarse entre l铆neas. Y sobre todo, que los extremos pudieran entrar en juego al liberar el resto del sistema. Gorrotxategi ejecut贸 ese rol con naturalidad, sin estridencias. Siempre eligiendo bien.
Gorrotxategi con Aimar Oroz��
Ion Alcoba Beitia / Getty
Esa claridad se extendi贸 a su trabajo con bal贸n. Gorrotxategi complet贸 45 de 51 pases (88%), una fiabilidad que explica por qu茅 el equipo vivi贸 c贸modo con 茅l como punto de apoyo. En campo rival mantuvo un 85% de acierto (17/20), y en campo propio apenas fall贸 (28/31, un 90%). Toc贸 69 balones y solo perdi贸 seis, cifras que hablan de control y de lectura del ritmo. Adem谩s, dej贸 una acci贸n diferencial: la asistencia del gol de Barrenetxea, un pase entre l铆neas que rompi贸 dos alturas defensivas y que demuestra que su influencia no se limita a lo defensivo.
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En el apartado sin bal贸n, su actuaci贸n fue incluso m谩s llamativa. Registr贸 6 recuperaciones, un dato al alcance de muy pocos en esa posici贸n, y fue imperial en todas las acciones de corte. Sum贸 4 entradas, ganando 3, realiz贸 4 intercepciones, 3 despejes y 1 tiro bloqueado. Fue, literalmente, un ‘stopper’ de manual, corrigiendo manejos, anticipando l铆neas de pase y evitando que Osasuna encontrara continuidad interior. El equipo defendi贸 mejor porque 茅l interpret贸 todo a la perfecci贸n.
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Y, adem谩s de todo eso, ejerci贸 de bombero. Varias p茅rdidas en salida -especialmente de Caleta-Car- o faltas de colocaci贸n tras p茅rdida encontraron siempre la misma soluci贸n: Gorrotxategi llegando antes que nadie, fijando al rival o robando directamente. Ese instinto para apagar incendios, unido a su claridad para iniciar jugadas, construy贸 un partido enorme. Un encuentro que lo presenta, por fin, como un pivote plenamente asentado en Primera. Y que va a acabar mucho m谩s arriba.