El gol de Pablo MarÃn en el último suspiro ante el Eldense no fue un tanto más. Llegó en una noche horrible para la Real Sociedad, cuando el equipo estaba al borde del desastre y necesitaba un salvavidas urgente. MarÃn apareció para evitar la eliminación y sostener a un equipo sin ideas, sin ritmo y sin respuestas. Un gol que clasificó a la Real, pero que también colocó al centrocampista en el centro del foco tras meses de protagonismo reducido.
Pablo MarÃn ante el EldenseÂ
Pablo Miranzo / EFE
El contexto da aún más valor a ese tanto. MarÃn no fue titular en el estreno de Jon Ansotegi y su papel volvió a ser el de revulsivo, entrando desde el banquillo en un partido bloqueado. En un centro del campo lento y poco reactivo, su energÃa y su insistencia marcaron subieron un poco el ritmo. Es, probablemente, el único volante de la plantilla con ese punto de intensidad y llegada que tanto le falta al equipo, y su gol llegó desde esa convicción, no desde la inspiración.
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Ese tanto debe servirle como punto de partida y no como excepción. MarÃn tiene mucha competencia y es difÃcil que recupere el estatus del pasado curso, pero el contexto del equipo le abre una puerta clara. La Real no funciona, necesita jugadores que rompan inercias y que asuman responsabilidades en momentos crÃticos. El gol de Elda le ofrece una oportunidad para ganar energÃa, confianza y peso dentro del grupo, y para demostrar que puede ser parte de la solución.
Pablo MarÃn en el entrenamiento de la Real Sociedad en Zubieta
AnderUria.PH / Otras Fuentes
La exigencia ahora es convertir ese momento en continuidad. MarÃn ha pasado de ser indiscutible a secundario, pero sigue teniendo un perfil diferencial en una plantilla cargada de centrocampistas similares. El tanto ante el Eldense le permite agarrarse a algo tangible. Ahora le toca dar ese paso adelante para hacer bueno un tanto importante en Copa del Rey

