“Está siendo una temporada de mierda� dijo Abrines, capitán del Barça, en la temporada que decidió retirarse. Ahora, el Barça ha renacido. Son los resultados y son las sensaciones. Lo que está logrando Xavi Pascual con el Barça de baloncesto, en tiempo récord, demuestra que el equipo ha navegado sin rumbo durante dos años. Lo que se ve en el parquet es, por fin, ilusionante. Ganarle en el Palau a Olympiacos, con la solvencia que se hizo el viernes, y meterle una paliza al Manresa en su casa, sin notar las ausencias de Laprovittola, Shengelia o el magullado Vesely, significa que el equipo ha dado mucho más que un paso adelante.
Solo hace falta ver la friolera de puntos que anotaban los rivales antes de la llegada de Pascual y como se ha blindado el aro con él en el banquillo. La intensidad defensiva es irrenunciable a cada ataque. Y hay un colectivo que, además de solidario, es consciente de lo que debe hacer en cada acción. Se trabaja más, con más tino y obsesivamente. Tras la victoria frente a Olympiacos, un Parra pletórico habló de lo que “hemos hecho mal durante dos añosâ€�. Se agradece el plural mayestático, que engloba también a los jugadores, pero la ambición bajó muchos peldaños prescindiendo de Jasikevicius para nombrar a Grimau. Cubells y Navarro empequeñecieron la sección.Â
Ahora, tras el cese de Peñarroya, los jugadores hablan con orgullo de la “exigenciaâ€� máxima de Pascual. Asà lo definió un renacido Brizuela tras zamparse a los griegos. También Willy Hernángomez, tras dos años desnortado, desaprovechado y rindiendo muy por debajo de las expectativas, agradece el plan de mejora individual, vÃdeo a vÃdeo, entreno a entreno, al que le somete el nuevo staff. Por fin, la luz.

