El jueves, a pesar de la derrota del Real Madrid contra el City, los informativos coincidieron en indultar a Xabi Alonso. Las palabras de Guardiola en rueda de prensa todavÃa provocaban resquemor. Incluso parecÃan reprochar al técnico madridista su buena relación y cordialidad con Pep, casi como una traición al club.
En esta ocasión, los señalados fueron los jugadores. Los programas recogieron el malestar de los madridistas al salir del Bernabéu. Más allá de la profunda indignación, llamaba poderosamente la atención que, una vez más, solo entrevistaban a hombres. En ‘Jugones’ vimos un montaje muy ágil de catorce aficionados en estado de cólera. Todos hombres. Gritando al micrófono, haciendo aspavientos, reprochando la actitud de los jugadores. En ‘El desmarque de Cuatro’ entrevistaron a doce socios más del Real Madrid, todos hombres tan furiosos como los de la cadena rival. Que dos espacios de deportes entrevisten a un total de veintiséis aficionados y no aparezca ninguna mujer delata un sesgo tan arraigado que ni siquiera se percibe como un problema o una anomalÃa. Pero lo cierto es que se está excluyendo a una gran parte del público. Es la prueba que los medios siguen reproduciendo una idea absolutamente machista, anticuada y casposa del fútbol. Es, además, una manera de transmitir quién tiene derecho a opinar, quién tiene la autoridad, y quién no la tiene y se invisibiliza. Llama la atención, además, que los editores de los respectivos programas ni se fijen en esta circunstancia y no la corrijan.
Los informativos de deportes siguen perpetuando la construcción de un público legÃtimo: el de los hombres. Borran a miles de aficionadas. Como no se ven, no existen. Es habitual que, ante distorsiones tan flagrantes, los responsables se justifiquen alegando que “no encuentran mujeresâ€� o que “ellas no quieren hablarâ€�. Pero la responsabilidad periodÃstica es representarlas. El sesgo que las elimina de estos contextos erosiona también la presencia de mujeres en otros ámbitos deportivos y se las percibe, entonces, como intrusas y secundarias. Más allá de la ética y el deber social de no dejar a un lado al 50% de la población, excluir a las mujeres del relato mediático es anularlas como partÃcipes de la cultura futbolÃstica. El himno del Real Madrid homenajea a “las mocitas madrileñasâ€� que caminando a ChamartÃn van alegres y risueñas porque juega su Madrid. Pues que se note.

