La situación actual de Pablo MarÃn en la Real Sociedad dista mucho de la que vivió la pasada temporada. El centrocampista, que con Imanol Alguacil fue una pieza casi indiscutible en los volantes del equipo, ha pasado a ocupar un rol secundario dentro de una medular saturada de nombres y con muy poco espacio para todos. La Real ha cambiado, el contexto es distinto y MarÃn ya no tiene la continuidad ni el peso especÃfico que sà tuvo hace apenas unos meses, cuando su presencia en el once era habitual y su energÃa marcaba diferencias.
Los números explican bien ese cambio de escenario. En la 2024-25, MarÃn disputó 2.161 minutos en 38 partidos, con 23 titularidades, consolidándose como una de las piezas más fiables del centro del campo. Esta temporada, en cambio, suma 747 minutos en 17 encuentros, con solo cinco titularidades en Liga concentradas en el arranque del curso. Aunque ha participado en casi todos los partidos, su rol ha pasado a ser el de jugador de rotación, sin continuidad ni capacidad para asentarse.
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El verano explica buena parte de esta situación. La Real reforzó el centro del campo con la llegada de Gorrotxategi, Soler y Yangel Herrera, además de la subida de Goti y la permanencia de futbolistas como Brais Méndez, Sucic, Turrientes o Zakharyan. Un overbooking evidente que ha generado más competencia que soluciones y en el que MarÃn ha ido perdiendo terreno. Tras el desastre en Sevilla, Sergio Francisco apostó por Soler y el riojano no volvió a ser titular en Liga desde el 5 de octubre.
A todo ello se suma un rendimiento individual por debajo del mostrado el curso pasado. MarÃn ha seguido trabajando y ha tenido minutos, pero su juego ha estado lejos de aquel centrocampista dominante, intenso y constante. Ha sido importante en la rotación, ha sido titular en los partidos de Copa ante Negreira y Reus, pero sin llegar a recuperar el peso que tuvo.Â

