Dos imágenes entrelazadas en el tiempo. Después de ganar al Alavés, Raphinha trataba de animar a un Hansi Flick sentando en el banquillo con la mirada perdida. Apenas tres dÃas después, el mismo capitán estimulaba al barcelonismo no sólo con un gol que anulaba el momentáneo triunfo del Atleti, en otro desliz madrugador, sino que devolvÃa el Ãmpetu al juego azulgrana bien orientado. Le abrazaba Pedri, otro excelso regreso, el artÃfice del mejor Barça, de aquel que hace disfrutar al técnico alemán. El genio, el generador, el gobernador y el entusiasta de un equipo con evidentes brotes verdes.
¡Cómo se les echaba de menos cuando estuvieron lesionados! ¡Cómo el Barça y Flick suspiraban por el regreso de una dupla concluyente! El técnico lo habÃa reconocido en rueda de prensa. Entre los dos fabricaron el gol que contrarrestaba la osadÃa del Atlético cuando no se habÃa cumplido la primera media hora de partido. Otra vez, y van 18 goles de 27 encajados, que el Barça recibÃa un tanto de inicio. Otra vez a remolque y ante un rival directo. Y, de nuevo, una feliz ocurrencia del canario, con un pase profundo y cargado de dinamita, y la inagotable velocidad y la deliciosa capacidad técnica del brasileño pusieron las cosas en su sitio. Les bastaron 6 minutos para idear la igualada. Una vez logrado, ya nadie pensó que el partido se iba a perder. Nadie.
Raphinha lo celebró a lo grande, con su habitual ritual de brazo en alto y señalando a la grada. EscondÃa una doble satisfacción. Se habÃa enfrentado ocho veces al Atlético, con un bagaje de seis victorias, una derrota y un único empate en la Copa, y nunca habÃa logrado tumbar la porterÃa. El primer gol llegó por fin a la novena. Acumulaba 154 partidos con el Barça desde que llegó en el verano de 2022 y sus 57 tantos nunca tuvieron de vÃctima a un Cholo Simeone que le adora y que le señaló como el anterior Balón de Oro que ganó Dembélé.
Fue el cuarto de esta temporada y mucho tuvo que ver un Pedri ovacionado constantemente por la grada. No habÃa para menos. En un partido descomunal, jugando con una precisión cartográfica, el centrocampista dirigió con maestrÃa a su Barça. Su asistencia entre lÃneas, desconectando la defensa colchonera, valió un cheque en blanco. Es la tercera de la temporada.Â
Las anteriores fueron al Sevilla en LaLiga y al Olympiacos en la Champions League. Hay un Barça cn Pedri y un Barça sin Pedri. Es una evidencia que Flick quiere convertir en rutina

