Carlos Sainz pisa un lugar fetiche. Lo hace por primera vez en mucho tiempo con un color que ya no es el rojo de Ferrari, algo sagrado en el corazón del Parco di Monza. Pero sabe que ahí fue uno con los tifosi y que lo suyo hizo vibrar a los casi seis kilómetros del coliseo italiano. En Monza, firmó una pole de antología en 2023, batalló en carrera por un podio que brindó ante la invasión de pista y dejó claro a Charles Leclerc, un ‘preferiti’ de los altos mandos de la Scuderia, que siempre daba la talla. La cosa es diferente en 2025, pero Sainz pone el foco en que el Gran Premio de Italia sea el del reinicio.Sainz, en el circuito.WILLIAMS F1Toca, claro, en una semana especial. «No estaba para fiestas», contó sobre su 31 cumpleaños. El motivo fue la oportunidad perdida de Holanda tras el golpe -e incomprensible sanción- de Liam Lawson en la curva 1. El Racing Bulls alargó la frenada, contactó y el único sancionado fue el español. Aunque la cosa ha cambiado y ya le dan la razón, es lógico. «Hablé con la FIA durante 10 o 15 minutos, enseñé la evidencia que creo que se les había escapado y entraron en razón», relata ante la prensa española desplazada al circuito. Los puntos del campeonato no volverán, pero sí algo de sensación positiva. «Vemos como equipo la forma de corregir esa injusticia», añade.Fue un momento duro y lo escenificó con su enfado en Holanda. En Italia ofrece una versión reflexiva tras analizar todo. «Lo tenemos que mejorar como deporte, no puede volver a pasar que en algunos casos se revise todo y en otros no. En este, el error era obvio. Aunque algunos no lo piensen, me da igual», admite. Lawson tenía el interior y alargó esa frenada para cerrar el paso, con golpe, al FW47 del ’55’. «Otra regla no se aplicó, la del coche de dentro que pierde el interior y crea el contacto. Abre el volante y se les escapó», cuenta.Una oportunidad en MonzaLo mejor de todo es que la F1 no para y encara el GP de Italia. A Sainz le quieren en el país transalpino, es un reclamo de prensa y aficionados. Y al Williams le puede sentar bien. «En principio. Aunque cada carrera es una sorpresa nueva, y en Zandvoort íbamos bien y no lo esperaba. Aquí, en teoría, es lo contrario», reconoce a la pregunta de MARCA. Puede servir para darle a reiniciar en un curso duro. «Es cansina toda la temporada y es duro a nivel mental pues tienes que aceptar que vas bien y luego, como pasó en Silverstone con Leclerc, en Miami o en Holanda con Lawson, el resultado no llega», señala. Sainz, junto a su equipo.WILLIAMS F1Pero su ADN permanece inmutable. «Si la velocidad y el cronómetro no fallan, es algo que pasa. Años en los que va todo bien y te sale fácil, y otros donde hay malas rachas», expresa. Con una advertencia: los seguirá intentando, aunque pueda llegar un sinsabor como el de Zandvoort. «Si voy a terminar octavo, consigo los puntos y dejo de intentarlo, pues dejo de correr carreras. No quiero salir a una carrera sin meterme en batallas, solo para sumar cuatro puntos. No puedo cambiar mi espíritu de la carrera deportiva. Porque soy ese piloto que tiene muy buenas rachas, maximizo lo que tengo y simplemente paso por una racha de malas coincidencias», reflexiona.Si me faltase velocidad, estaría preocupado. Pero solo es cuestión de que nos dejen de pasar cosasCarlos SainzEl Sainz de siempre. El que no le da importancia a comentarios sin sentido («No los veo, simplemente») y uno con las ideas claras para luchar («Si no fuese así, no vendría) para tener la misión de volver a levantarse. Algo que siempre le ha acompañado en su carrera deportiva como piloto. «Pienso que detrás de malas rachas viene una muy buena. Sigo esperándolo. Si me faltase velocidad, estaría preocupado. Pero solo es cuestión de que nos dejen de pasar cosas», cierra.
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