Muchos focos del Gran Premio de Japón van a parar a Liam Lawson. El piloto de Nueva Zelanda fue ‘fulminado’ de su asiento de Red Bull y terminó siendo ‘descendido’ al de Racing Bulls tras el pobre rendimiento en las citas de Australia y China. Eso genera, con toda lógica, dudas continuadas en torno a su figura. En Suzuka, un circuito de piloto, empieza el lío… pero el chico de Hastings responde con una buena presentación en suelo japonés.Lawson sale de boxes.LAPRESSELawson fue una de las notas positivas de las sesiones de entrenamientos libres de Japón. No desentonó en ningún momento con un Racing Bulls mucho más cómodo que el Red Bull y cerró la segunda cronometrada con un alentador 5º puesto. Marcó un 1:28.559, a algo más de cuatro décimas de los McLaren. Pegado a Isack Hadjar (3º) y mejorando los registros de Max Verstappen y Yuki Tsunoda. El tiempo y la posición importa, claro. Pero en un entrenamiento tan conflictivo dice poco. Lo que sí que tiene valor es un Lawson capaz de cerrar vueltas y sacar petróleo de un fin de semana en el que todo se le pone en contra. No deja de sumar voces críticas, pero rinde igual. Por ejemplo, la de Franz Tost. El que fuera jefe del filial de Red Bull desde 2006 no tuvo inconveniente en atacar al de Nueva Zelanda. «No será más rápido que Tsunoda ni aunque tenga 100 años», explicó. «Es una decisión simple», agregó el jefe de equipo con el que la antigua Toro Rosso dio un paso de gigante.No será más rápido que Tsunoda ni aunque tenga 100 añosTostLawson, en pista.EFESu labor será luchar por el acceso a la Q3, cosa factible para un equipo que encuentra opciones a una vuelta. Chocará, directamente, con las opciones del Williams de Carlos Sainz, que mostró más fiabilidad que en China, o con Aston Martin. «Podemos pelear por entrar», recalcó Fernando Alonso. Esa será la batalla de Lawson. Y si, de paso, puede pelear con Red Bull… mejores noticias.»Tiene un punto de reivindicación en todo esto. Todos somos conscientes de su talento y solo tiene que encontrar la condición perfecta para volver a sacarlo», cerró Laurent Mekies, su jefe en el filial de Red Bull. La primera sensación… es positiva.
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