Resistir ante el Atlético con 2-1 a favor e incluso cerrar el partido con el 3-1 ya sin los cinco jugadores con más talento del equipo en el césped (Pedri, Dani Olmo, Raphinha, Lewandowski y Lamine Yamal) puede ser el golpe en la mesa que estaba pidiendo Hansi Flick en esta búsqueda de la mejor versión del Barça. El equipo de Simeone siempre aprieta y fue valioso saber sufrir en momentos determinados con jugadores menos habituales como Casadó, Dro, Rashford, Ferran y Christensen. Para la cohesión del grupo era fundamental un final feliz asÃ. Todos sumaron, todos se sintieron importantes.
Otro factor a destacar, especialmente en la primera parte, cuando tocó reaccionar al 0-1 de Baena, fue el regreso del intercambio de posiciones en ataque. Raphinha, aunque arrancaba por la izquierda, anotó el 1-1 en el pasillo entre la zona de Lamine Yamal y la de Lewandowski. También el canterano se dejó ver por otras situaciones del ataque, evidenciando que el equipo era más previsible con Rashford en el campo, más estático en la delantera, sin desmerecer el buen rendimiento que ha dado como titular.
En lo negativo no se puede ocultar que la brillante definición de Baena llegó en otra ruptura de la defensa adelantada. Puede que Cubarsà no estuviera alineado con sus compañeros de zaga, aunque el problema es que nadie presionó a Molina con agresividad para que no pudiera hacer el buen pase en profundidad que dio.
El Barça fue superior en lÃneas generales y mereció la victoria. Hasta Lewandowski falló un penalti en forma de ensayo, cosas que pasan en el fútbol. Y al final supo defender.

