La Real Sociedad vuelve del parón con una asignatura pendiente que se ha repetido en cada desplazamiento: los partidos fuera de casa siguen siendo el punto más débil del equipo. Los de Sergio Francisco visitan este sábado a Osasuna en El Sadar en su séptima salida liguera del curso después de haber sumado únicamente tres puntos lejos de Anoeta. La estadÃstica es clara: tres empates, tres derrotas y ninguna victoria. El contraste respecto a las prestaciones como local es evidente, y la secuencia de los encuentros disputados fuera revela patrones que se han convertido en tendencia.
Uno de los datos que mejor refleja el comportamiento del equipo en estas jornadas a domicilio es el tiempo que ha pasado en cada tipo de escenario. La Real ha ido por detrás 232 de los 560 minutos disputados en la temporada, un 41% del total. Durante 296 minutos ha estado empatando (53%), mientras que únicamente ha ido por delante 12 minutos, lo que supone apenas un 2%. Esos doce minutos, además, se produjeron en un único partido: el 0-1 de Odriozola frente al Barça, que Araujo neutralizó poco después. El reparto de minutos no deja lugar a dudas: en sus partidos fuera, el equipo ha convivido sobre todo en desventaja o en igualdad, y prácticamente no ha pisado el escenario de dominio en el marcador.
Partido de la Liga EA Sports FC Barcelona Real Sociedad Dro
Pere Puntà / Propias
Los empates fuera de casa forman un bloque muy reconocible, unidos tanto por el resultado como por la secuencia de los encuentros. La Real ha sumado tres empates a domicilio y los tres han sido por 1-1. En todos ellos, además, el rival golpeó primero. En Mestalla, el Valencia abrió el marcador y la reacción llegó pronto. En Vigo, el Celta logró adelantarse y la Real igualó en el tramo final. Y en el MartÃnez Valero, ante el Elche, el guion fue de nuevo idéntico: tanto inicial del rival y empate casi sobre la bocina. La regularidad de estos empates -mismo marcador, mismo orden de los hechos- habla de salidas que se han resuelto siempre desde un escenario adverso y que han necesitado de respuestas tardÃas para no acabar en derrota.
Lee también
La Real Sociedad recupera dos efectivos para el duelo contra Osasuna
Jorge Serrano
Tres derrotas muy diferentesLas derrotas también presentan rasgos propios, aunque más variados. El primer descalabro, en Oviedo, llegó en un partido sin apenas opciones reales de puntuar. El 1-0 marcó el desarrollo de un encuentro en el que la Real no consiguió fabricar ocasiones claras ni acelerar el ritmo. En La Cartuja, ante el Betis, el partido siguió un guion más cambiante: los andaluces se adelantaron, la Real respondió, y a partir de ahà el encuentro se abrió hasta desembocar en una derrota amplia, la única en la que la diferencia final fue de más de un gol. Frente al Barça, en cambio, el partido tuvo un recorrido completamente diferente: la Real se adelantó y compitió bien, pero acabó superada en la parte final para un 2-1 que dejó al equipo sin premio. Entre las tres derrotas, el denominador común es haber necesitado fases muy largas sin encajar para poder sostener el resultado, algo que no terminó ocurriendo.
Sin variaciónEn términos ofensivos, el comportamiento del equipo como visitante ha sido muy plano: solo se ha quedado sin marcar una vez, en Oviedo, pero nunca ha pasado del gol por partido. Son cinco goles a favor en seis salidas, siempre uno en cada encuentro salvo el mencionado 1-0 del Tartiere. En defensa, la Real ha recibido nueve goles lejos de casa. Más allá de la goleada en Sevilla, el resto de partidos se han movido en márgenes cortos, aunque siempre con la constante de tener que convivir con situaciones de desventaja.
Barrenetxea en el TartiereÂ
Paco Paredes / EFE
El cuadro completo de las salidas txuri urdin, ya tras el paréntesis de selecciones, es el de un equipo que ha competido la mayorÃa de los partidos desde marcadores ajustados, sin grandes desbordes en contra, pero sin capacidad para imponerse en ninguno. Los números, los minutos y los resultados muestran una tendencia estable en los seis desplazamientos disputados: marcadores cortos, rivales que golpean primero y una Real que, salvo un tramo concreto ante el Barça, apenas ha estado por delante en el marcador.

