Euskal Selekzioa vivió una noche muy especial en San Mamés, donde más de 50.000 personas se reunieron para apoyar un partido benéfico por la libertad y la paz en Palestina. En un encuentro cargado de emoción y simbolismo, la Real Sociedad tuvo una representación notable con cuatro futbolistas convocados por Jagoba Arrasate: Zubeldia, Aihen Muñoz, Gorrotxategi y Marrero. Todos ellos participaron y tuvieron minutos en un amistoso que superó lo deportivo para convertirse en un acto colectivo de solidaridad.
Arrasate alineó de inicio a tres txuri urdin. En el eje de la defensa, Zubeldia firmó 60 minutos de serenidad, control y buen posicionamiento en un encuentro sin excesivas exigencias defensivas. El azkoitiarra mantuvo el orden y ofreció salida limpia desde atrás. Por su parte, Aihen Muñoz ocupó el lateral izquierdo y completó una primera mitad muy activa, incorporándose con frecuencia al ataque. La banda zurda fue el principal foco ofensivo de Euskal Selekzioa durante el tramo inicial, y el de Etxauri participó en varias llegadas profundas. En la medular, Gorrotxategi fue el encargado de llevar la manija del equipo junto a Jauregizar. El realista cuajó una notable actuación, ordenando el juego, distribuyendo con criterio y dinamizando las posesiones que permitieron a la selección vasca marcharse 2-0 al descanso.
Lee también
Oyarzabal se pasea en Georgia: participación en tres goles y recital ofensivo
Jorge Serrano
Más de 50.000 espectadores gritan ‘Palestina askatu’ en San Mamés
Carlos Zaballa
Tras la primera mitad, Arrasate introdujo cambios y dio entrada al cuarto realista citado: Marrero, que ocupó la porterÃa desde el inicio del segundo tiempo. El guardameta txuri urdin completó 45 minutos sobrios, interviniendo en las pocas llegadas de Palestina y mostrando seguridad en el juego aéreo. En ese mismo intervalo, Gorrotxategi dejó su sitio tras completar una gran actuación, mientras que en el minuto 60 Zubeldia fue sustituido en el centro de la zaga y Aihen cedió su puesto a Lekue, completando ambos una hora de juego sólida y sin sobresaltos.
La presencia realista en San Mamés dejó una imagen unificada: cuatro futbolistas representando al club en un encuentro que trascendió lo deportivo. Fue mucho más allá. Todos ellos contribuyeron a una noche memorable, en la que el apoyo a Palestina y el mensaje de paz se entrelazaron con el fútbol del combinado vasco.

