Take Kubo no está firmando su temporada más brillante, pero sigue demostrando por qué es uno de los futbolistas más competitivos del campeonato. El japonés, que en las últimas semanas ha reconocido la necesidad de reencontrarse con su mejor versión, continúa siendo un jugador que no se esconde. Aunque su impacto ofensivo se haya reducido en comparación con el curso pasado, sus números en los duelos individuales lo sitúan en la élite del fútbol europeo.
Entrenamiento Real Sociedad en Zubieta previo al partido ante el Elche Kubo
Luis M. Unciti / Propias
Según los datos de las cinco grandes ligas extraÃdos por DataMB, Kubo es el segundo extremo que más duelos gana en Europa, con un 58,26% de éxito en los enfrentamientos directos. Solo le supera el galés Brennan Johnson, del Tottenham Hotspur, que alcanza un 59,57%. En la clasificación le siguen Kouasi, Bahoya y Oppegard, lo que subraya el mérito del jugador txuri urdin. En el contexto de LaLiga, Kubo es el número uno entre los extremos, con una diferencia clara sobre el resto. El siguiente futbolista en el ranking nacional, el brasileño Antony, aparece ya en el décimo puesto global.
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Que un extremo supere la barrera del 50% en los duelos ganados dice mucho de su inteligencia y de su intensidad. Kubo no es solo desborde o regate, sino también lectura, cuerpo, ritmo y capacidad para encontrar ventajas donde otros pierden el balón. Su forma de competir lo convierte en un futbolista incómodo para cualquier defensa, y ese carácter es lo que le mantiene entre los mejores incluso cuando sus cifras ofensivas bajan.
Entrenamiento Real Sociedad en Zubieta previo al partido ante el Elche Takefusa Kubo
Luis M. Unciti / Propias
En Elche, en el empate ante el MartÃnez Valero (1-1), ya se le vio más suelto y participativo. Dio un pequeño paso adelante, buscando recuperar la confianza perdida. El parón de selecciones puede servirle para resetear, oxigenar la cabeza, coger confianza y volver a ser ese Kubo determinante que no solo encara, sino que gana los duelos como nadie en LaLiga.

