En 1950, el mundo finalmente se unió para celebrar el regreso del fútbol internacional. Tras una pausa de doce años debido a la Segunda Guerra Mundial, Brasil acogía la Copa del Mundo, que prometía ser un evento épico.
La Copa del Mundo resultó ser realmente histórica para los anfitriones, aunque no fue un triunfo, sino una decepción. El torneo terminó con el «Maracanaço», una derrota en el partido decisivo contra Uruguay, que sigue siendo una de las páginas más dolorosas de la historia del fútbol brasileño. La reseña de la plataforma de noticias en línea 1xBet TV Bolivia te dará detalles de ese dramático torneo.
Torneo sin final
El formato de la Copa Mundial de 1950 fue único y nunca se ha vuelto a repetir. En lugar de la tradicional final, el ganador se determinó en un torneo por grupos entre los cuatro mejores equipos. Brasil, Uruguay, España y Suecia luchaban entre sí por el título, y el destino del trofeo se decidiría en la última ronda.
Antes del partido contra Uruguay, parecía que los brasileños iban a ganar seguro el Mundial. Habían derrotado incluso a los rivales más fuertes: 7-1 contra Suecia, 6-1 contra España. Las autoridades del país ya estaban preparando un desfile en honor a los campeones, pero Uruguay demostró que el fútbol no solo se trata de técnica y talento, sino también de carácter. Tras perder por el gol de Friaça, La Celeste empató primero gracias al preciso disparo de Schiaffino y luego, ante 200 000 aficionados atónitos, ganó: Ghiggia marcó el gol decisivo.
El portero brasileño Barbosa se convirtió en un paria en su país natal. Muchos años después, el portero del Vasco da Gama quemaría en una barbacoa los postes de la portería en la que los uruguayos marcaron el gol.
La caída de los campeones: el fracaso de Italia
La selección italiana llegó a Brasil como vigente campeona del mundo, pero sus esperanzas de revalidar el título se vieron truncadas antes incluso de que comenzara el torneo. En 1949, un accidente aéreo se cobró la vida de casi todo el equipo del Torino, en el que jugaba el núcleo de la selección nacional. Los italianos llegaron al Mundial debilitados y deprimidos psicológicamente. Perdieron el primer partido contra Suecia (2-3) y la victoria sobre Paraguay (2-0) no fue suficiente para clasificarse para la siguiente fase. La Azzurri tardó otros 32 años en volver a la cima del fútbol mundial.
España y Suecia: contendientes inesperados
España y Suecia fueron las dos grandes sorpresas del torneo, llegando a la fase final. Los españoles impresionaron en la fase de grupos, al vencer a Inglaterra por 1-0 y dejar a los Tres Leones fuera de los play-offs. Su equipo, con el delantero del Athletic de Bilbao Telmo Zarra, jugó un fútbol brillante y técnico. Sin embargo, en la fase final no pudieron hacer frente a Brasil (1-6) y Uruguay (2-2), y la derrota ante Suecia (1-3) acabó con las opciones de España de ganar el título.
Suecia se vio debilitada por la decisión de su federación de fútbol de no permitir que los futbolistas profesionales que cobraban oficialmente jugaran en la selección nacional. El gran trío formado por Gren, Nordahl y Liedholm había llevado al equipo al triunfo en los Juegos Olímpicos de 1948, pero después de eso se marcharon a Italia y quedaron fuera de la selección nacional. Sin embargo, incluso sin ellos, Suecia tuvo un rendimiento sólido: eliminó a Italia y derrotó a España en la fase final.
El fracaso de Inglaterra
La Copa del Mundo de 1950 no solo se recuerda por el dramático partido decisivo. Fue el primer torneo en el que participó Inglaterra, ya que antes de la Segunda Guerra Mundial, los inventores del fútbol habían ignorado la Copa del Mundo. Su participación terminó con una de las mayores sorpresas de la historia: una derrota por 0-1 ante la selección de Estados Unidos.
Se han escrito libros sobre esa derrota, e incluso se ha rodado una película, «The Game of Their Lives» (El partido de sus vidas). El mito sobre la superioridad del fútbol británico fue finalmente desmentido en 1953 por los húngaros, frente a los cuales los Tres Leones parecían gatitos en el partido en casa que perdieron por 3-6.
Asombro en las décadas siguientes
El «Maracanaço» provocó un cambio importante en el fútbol brasileño. Hasta 1950, el estilo de juego brasileño se basaba en la habilidad individual y la improvisación, pero la derrota puso de manifiesto la importancia de la táctica y la psicología. En los años siguientes, Brasil revisó sus principios de entrenamiento y, en 1958, presentó al mundo un equipo totalmente renovado, con los legendarios Pelé, Garrincha y Didi, que ganó el primero de los cinco títulos mundiales de la Seleção.
La Copa del Mundo de 1950 también demostró que el fútbol se había globalizado y que los méritos del pasado no garantizaban la supremacía eterna de los grandes. Los fracasos de Inglaterra e Italia fueron un claro ejemplo de ello.
Hoy en día, el fútbol ha cambiado drásticamente: se ha vuelto más rápido y tácticamente más complejo, han surgido nuevos elementos técnicos y la tecnología moderna influye en las decisiones de los entrenadores y árbitros. Pero los valores fundamentales no han cambiado: el espíritu de equipo, la disciplina y la fortaleza mental siguen distinguiendo a los campeones de los simples buenos equipos.
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