Carlos Sainz llegó tarde a Zandvoort, uno de los circuitos con más ADN del Mundial de Fórmula 1. Es hasta raro pensarlo, pero el madrileño vivió en sus carnes como el tráfico puede jugarte una mala pasada. Fue su anécdota en el regreso de la Fórmula 1 a la acción en la campaña 2025, con 10 carreras para el final donde el ’55’ quiere levantar el vuelo. «La primera mitad de curso fue agotadora mentalmente», lanzó ante la prensa desplazada.La primera mitad de curso fue agotadora mentalmenteCarlos SainzSainz, pensativo.EFEEl balance del inicio del curso no es bueno. Y quizá Zandvoort no se ajuste a las características del Williams FW47. «Las expectativas cambian dependiendo de con quién hables. El equipo es optimista porque logró resultados aquí, pero es difícil de entender por el tipo de pista y las curvas», analizó. Los precedentes de Hungría, Austria o Barcelona no invitan a pensar en grande, pero los Países Bajos son tierra prometida para la fábrica de Grove.»No veo razones para ser optimista, pero por alguna razón el coche ha estado tres veces seguidas en la Q3 y fue muy competitivo. Pero desconozco el motivo. Tengo que entenderlo y espero que siga igual porque es lo que necesitamos y serán buenas noticias», argumentó.Encontrar la velocidad en los Países Bajos será el primer reto tras el parón estival. Le vino bien al ’55’. «En el inicio de año tenía el ritmo y estaba ahí arriba, pero lo resultados no llegaban. Así que el reset mental es importante para ver las cosas de forma más positiva y dejar la frustración atrás», afirmó.Sainz, en acción.EFEEl reset mental es importante para ver las cosas de forma más positiva y dejar la frustración atrásCarlos SainzNadal, Pogacar…El parón y reinicio de Sainz coincidió también con su habitual entrenamiento con otras referencias y leyendas del deporte. Uno de los momentazos fue el partido de golf con su padre, Carlos Sainz, y Rafa Nadal. «Somos tan competitivos que no hablábamos mucho. Pero espero que algún día nos sentemos juntos para charlar sobre la resiliencia mental y la forma en la que él peleaban en la pista. Es algo admirable, es un deportista al que admiro», relató. Ese partido, por cierto, no pudo terminarse. «Sentí dolor en la mano y tuve que parar tras ocho hoyos», explicó.A ello suma alguna salida con Tadej Pogacar en bicicleta. «Yo no salgo con él, él está conmigo. Así se duro es. Yo voy al 80% en dos horas y él va al 10%. Aunque estoy en forma y soy un ciclista decente, lo que te dice lo duro que es», relató. Ese camino llevará a volver a la pista con una versión nueva tras un principio de año movido. «No puedes subestimar el cambiar de equipos. Es demandante, porque en enero y febrero pasas más tiempo viajando y trabajando en el simulador. Es más duro que en un equipo donde llevas tres o cuatro años trabajando. El parón era necesario, aunque tuvimos un fin de semana decente en Hungría y podíamos llevar ese momémtum», cerró en el paddock de Zandvoort.
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