Previo a tomar las rienda de Williams como jefe de la escudería al comienzo de 2025, James Vowles se desempeñó como estratega de Mercedes durante 13 años. En su experiencia con la escuadra germana, tuvo la oportunidad de trabajar estrechamente con Michael Schumacher y Lewis Hamilton, los dos pilotos más ganadores en la historia de la F1. Lewis Hamilton celebra con el legendario caso de Michael Schumacher.EFEMientras que el alemán aterrizó en Brackley en 2010 en el marco del comienzo de su segunda, y última, etapa en la ‘clase reina’, la cual terminó en el 2012. El británico llegó un año después para cubrir el asiento vacío que dejó Schumacher en las ‘flechas plateadas’, escribiendo la primera página de una histórica unión que perduró 12 temporadas. Schumacher, piloto y personaVowles, en una entrevista con ‘High Performance Podcast’, tuvo la oportunidad de hablar de su experiencias con dos de los personajes más grandes del deporte motor. En este sentido, empezó describiendo las cualidades del mayor de los hermanos Schumacher, destacando su cambio de personalidad dentro y fuera de la pista. «Entre bastidores, era completamente diferente a cuando estaba en el centro de atención y frente a las cámaras», señaló.Michael sabía exactamente cómo exprimir cada milisegundo de sí mismo y de cada miembro del equipoJames Vowles»Michael sabía exactamente cómo exprimir cada milisegundo de sí mismo y de cada miembro del equipo», añadió. «Tenía un interés genuino en quién eras, en tu familia, en lo que te impulsaba a trabajar en la F1: conocía a cada miembro del equipo. No lo hacía para obtener una ventaja; estaba genuinamente interesado. Ese es Michael».El eterno debate, para Vowles, tiene un claro vencedorCuando le tocó describir a la ahora estrella de Ferrari, no se cortó al comparar el talento de sendos competidores. «Michael no era el mejor piloto del coche; Lewis sí», sentenció. «Cambiaba todos los reglajes del volante a los que podía llegar como un pulpo»Aunque explicó que Michael sabía como conseguir el máximo rendimiento de cada uno de sus monoplazas, Lewis era igual e, incluso, rozaba la perfección. «Optimiza todo, utilizando los datos como punto de partida. Además, tiene una sensibilidad al límite que nadie más puede igualar , y no tiene problemas en ir al límite. Por eso a menudo se iba ancho al principio, en la primera curva tras la meta, pero ahora tiene la situación bajo control. Era un perfeccionista, y era muy fuerte frenando; era capaz de maximizar todo frenando”.
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