el despido fulminante de Christian Horner, las palabras de su cuñado, Nelsinho Piquet, que algo habrá escuchado en casa, y una noticia que se espera en semanas, quizá justo después del GP de Hungría y antes del parón del verano, cuando se suelen soltar estas bombas. La prensa internacional espera con avidez la comparecencia de Max Verstappen en el Energy Station en Spa.Es muy probable que el discurso sea el de que sigue pensando en el actual campeonato y en ganar, como en sus últimas alocuciones, pero aquí deberá dar su opinión sobre el cese de su jefe hasta hace dos semanas, si él ha tenido algo que ver en el desenlace, si ya ha tomado la decisión de irse a Mercedes, como insinúa el hermano de Kelly Piquet, o que le parece la llegada de Laurent Mekies a la dirección de Red Bull en la F1.Las opciones que se barajaron desde el principio, dejando a un lado el asunto de la secretaria, del que Horner quedó exonerado en marzo de 2024, son deportivas. La primera es la desmembración del equipo técnico, con las salidas de Newey y Wheatley a la cabeza, pero también de muchos otros, pero hay dos que son deportivas, que Verstappen anunciara su intención de irse si algo no cambiaba, o que ya haya confirmado que lo hará.Esa es la bomba que podría haber desencadenado el terremoto y sobre la que los enviados a Bélgica solicitaremos respuestas al tetracampeón del mundo. Lo que se asegura en el paddock es que Max y Wolff, el jefe de Mercedes, siguen hablando.
Suscríbete a nuestra newsletter

