Red Bull tiene un problema. En el inicio de temporada creyó que los males de su segundo asiento, quizá el más complicado de la parrilla, se iban a solucionar cambiando, justo antes del Gran Premio de Japón, al polémico Liam Lawson por Yuki Tsunoda. Pero a la vista está que tampoco ha servido para tener un segundo RB21 a la altura de las circunstancias y con capacidad de ayudar a Max Verstappen en búsqueda del pentacampeonato.Tsunoda, en boxes.LAPRESSETsunoda entró al asiento, prometió guerra y ha decepcionado. Canadá tampoco ha cambiado la cosa y el sábado del japonés se llenó de problemas. Por la mañana, adelantó tras la bandera roja provocada por Oscar Piastri y fue sancionado con 10 puestos en la parrilla de salida. Cosa que redondeó cayendo en la Q2 (11º) y viéndose obligado a partir último en la parrilla del domingo.En la Q2, el nipón no estuvo fino. Finalizó su último intento sin ser demasiado positivo y se llenó de inconvenientes en la vuelta de salida de boxes. Antonelli le rebasó justo después de salir del carril y después recibió un toque del que se quejó amargamente. Más la sanción, que Red Bull trató de impedir… pero no tuvo éxito.Tsunoda charla con su ingeniero.LAPRESSEEl resultado no puede ser peor y vuelve a incidir en los problemas de Red Bull con el segundo piloto. Algo que no deja de preocupar y cosa que quieren evitar los que vienen por detrás. «No me veo preparado», dijo Isack Hadjar, revelación de la temporada con Racing Bulls, al ser preguntado por si subiría al ‘hermano mayor’ de su coche.En el caso de Tsunoda, los datos son claros. Ha puntuado en tres carreras con Red Bull, 9º en Bahréin, 10º en Miami y 10º en Ímola, pero está lejos de lo que esperaban en rendimiento cuando le dieron paso al equipo en sustitución de Lawson. Alguien que tampoco ha brillado más allá de la estrategia de Mónaco, todo sea dicho.
Suscríbete a nuestra newsletter

