Fernando Alonso estaba contando lo aburrida y tensa que era la carrera mientras atendía a las teles, cuando justo en ese momento comenzó a llover. Piastri en el césped, Norris a punto, Max dando las curvas por los pelos… Menos mal que el agua removió todo un poco, porque el tostón era de época. «Vaya, ahora sí que me gustaría estar en la pista…», decía entre risas un apesadumbrado piloto asturiano.Alonso, en el GP de Australia.AMR F1La grava que metió dentro de pista el coche de Gasly fue el detonante de su accidente. «Eso lo tienen que mirar para el año que viene, no puede haber una montaña de piedrecitas en medio de la pista. Y así todo el fin de semana», decía antes de marcharse en el avión rumbo a Dubai, donde estará los próximos tres días antes de China.La mala suerte de AlonsoY luego está la suerte. Antonelli, brillante con su remontada, también tuvo un trompo. Pero no se tocó con nadie… La diferencia entre la gloria y el desguace. Después los muros tácticos de Ferrari y Racing Bulls hicieron el resto. Esa vuelta de más en seco bajo la lluvia aniquiló sus opciones.Accidente de Alonso.CAPTURA DAZNF1Hablar con el piloto ovetense sin grabadora es recibir una clase magistral de carreras, de los factores que hacen que no se adelante: «Sencillo Carlos, es muy difícil seguir al coche de delante por la aerodinámica, la trazada es de dos metros y todos teníamos problemas con el graining de los neumáticos». Para que haya adelantamientos tiene que haber errores, chaparrones momentáneos inesperados, pero sin que llueva demasiado. Si ‘jarrea’, en la actual F-1 no se compite por la falta de visibilidad. La configuración de una pista en la que se hace carril, pero no seca del todo, es hoy por hoy una de las peores para el show.Alonso presumía del excelente resultado de Stroll, pero también es consciente de lo mucho que le va a costar superarle en el campeonato. No es fácil ver carreras tan locas. Por eso la sensación de vacío, de ocasión perdida, es tan grande con los pilotos españoles. Pero con una diferencia, el Williams es sensiblemente más rápido que el Aston. Lance no tuvo un gran ritmo, que la posición no nos tape la realidad del coche.El salto de Williams es realCarlos Sainz, con el FW47, este viernes en el GP de Australia de F1.LAPRESSEAntes de la carrera tuve la oportunidad de hablar con el próximo titular de Alpine, Franco Colapinto, sobre su antigua escudería. Un chaval muy majo. Le dije que vaya salto había pegado Williams, sin ser uno de los coches que más había cambiado visualmente. Sorprendente. Precedido de un «¡qué va loco!», me explicó que su FW46 tenía un problema importante con la suspensión y cambio traseros de Mercedes. El modelo de 2023 bamboleaba muchísimo en las curvas lentas y pasar a la de 2025 es una gran evolución. Beneficia, además, el suelo del coche. Aston no ha encontrado una mejoría tan sensible entre la de 2024 (que sí llevó la pasada campaña) y esta temporada.El orden de fuerzasAsí las cosas, y esto es lo que hemos visto claramente antes del caos, el monoplaza de Alonso es el octavo de la parrilla. Descorazonador. El orden de fuerzas es el siguiente: McLaren, Ferrari (si no hubieran subido el coche pensando en la lluvia), Red Bull con Verstappen, Mercedes, Williams y Racing Bulls, Alpine, Aston, Sauber y Haas.Para puntuar, Alonso tiene que hacerlo todo perfecto. En curvas lentas el coche es especialmente malo, no gira, y eso ya pasaba en su predecesor.Verstappen, Norris y Russell, en el podio del circuito de Albert Park.EFEAndy Cowell, el nuevo jefe de equipo, se ha ido a Silverstone, no estará en China, para preparar las evoluciones del AMR25 («Vamos a analizar las deficiencias que hemos detectado en el coche»). En pistas con curvas rápidas es un coche decente y también es correcto en recta con el DRS activado. De lo que viene piensan que pueden ir razonablemente bien en Shanghai, Japón y Yeddah… El problema será Bahrain. La diferencia está entre luchar con el mejor de los Alpine o quedarse descolgados. Lo positivo es que hay dos décimas arriba o abajo y con las distancias tan pequeñas pueden optar a los últimos puestos de la Q3. Urge trabajar en el Aston. Y más en un Mundial donde no todos los pilotos van a dar siempre su mejor versión.
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