Autor: Vishwajit Sawant
Alemania – Francia – 2:1
En un animado amistoso internacional, Alemania se impuso por 2-1 a Francia, marcando un punto de inflexión crucial para el equipo, que buscaba recuperar la confianza tras un periodo turbulento. El logro se produjo tras la repentina marcha del entrenador Hansi Flick, despedido pocos días antes del partido.
Thomas Müller no perdió tiempo y marcó a los cuatro minutos, tras una brillante secuencia de 13 pases. El equipo alemán, dirigido para este partido por el director deportivo Rüdi Voller, ofreció una actuación mucho mejor en comparación con la
decepcionante derrota anterior por 4-1 ante Japón
.
Aunque Francia no alineó a su equipo más fuerte, con Kylian Mbappe en el banquillo, poco a poco fue ganando impulso, con Randal Kolo Muani y Aurelien Tchouameni creando presión sobre la defensa alemana. El potente disparo de Tchouameni en el minuto 57 obligó a Marc Andre ter Stegen a realizar una extraordinaria parada.
El alemán Leroy Sane sentenció la victoria en el minuto 87 con un rápido contragolpe. Sin embargo, también concedió un penal en los últimos minutos, que Antoine Griezmann transformó, dando a Francia un gol de consolación.
El director deportivo, Rüdi Voller, expresó su alivio: «Es importante para los jugadores y para la federación jugar así, sobre todo en la primera parte, fue una actuación de primera. Fue un alivio para todos, sobre todo después de las últimas derrotas».
Escocia – Inglaterra – 1:3
Un ambiente de expectación llenó el ambiente cuando Inglaterra y Escocia se enfrentaron en un amistoso para conmemorar el 150º aniversario de su primer encuentro. Sin embargo, la actuación de Escocia no estuvo a la altura de su impresionante racha reciente, ya que Inglaterra se hizo con el control del partido. Inglaterra, sin embargo, abrió el marcador a la media hora, al transformar Phil Foden un centro de Kyle Walker.
Sólo cuatro minutos después, los Tres Leones ampliaron su ventaja a 2-0 gracias a un error del escocés Andy Robertson, que Jude Bellingham aprovechó. Al descanso, Inglaterra tenía una cómoda ventaja de 2-0, lo que llevó a Gareth Southgate a sustituir a Marc Guehi por Harry Maguire.
En un giro desafortunado, Maguire encontró el fondo de su propia red en el minuto 67, desviando un centro de Robertson por encima de Aaron Ramsdale. Aunque Eberechi Eze desaprovechó poco después la ocasión de devolver a Inglaterra la ventaja de dos goles, los Tres Leones sentenciaron el partido con un gol en el minuto 83, cuando Jude Bellingham dio un pase preciso a Harry Kane.