Autor: Barkha Roy
En un partido emocionante e histórico, Beatriz Haddad Maia, 14ª cabeza de serie, inscribió su nombre en los anales del tenis al convertirse en la primera brasileña en alcanzar las semifinales de Roland Garros en la Era Abierta. En una intensa batalla que duró 2 horas y 29 minutos, dio la sorpresa al vencer a la séptima cabeza de serie, Ons Jabeur, por 3-6, 7-6(5) y 6-1.
El logro tiene un significado inmenso para el tenis brasileño, ya que Maria Bueno fue la única mujer brasileña que alcanzó las semifinales de un Grand Slam durante la Era Abierta.
. Trágicamente, Bueno falleció en 2018 a los 78 años. Antes de la Era Abierta, dejó una huella inquebrantable en el Abierto de Francia, alcanzando las semifinales en cinco ocasiones e incluso la final en 1964. El hecho de que Haddad Maia se haya unido a Bueno y se haya ganado un lugar en la historia del tenis brasileño demuestra su excepcional talento y determinación.
Mientras tanto, en el otro partido de cuartos de final individual femenino, la defensora del título y número uno del mundo, Iga Swiatek, se enfrentó a la sexta cabeza de serie, Coco Gauff, en una revancha muy esperada de la final del año pasado. Swiatek demostró su destreza y dominio en las pistas de tierra batida de Roland Garros, saliendo victoriosa con un marcador de 6-4 y 6-2. La victoria no solo le aseguró el pase a semifinales, sino que también la convirtió en la primera mujer desde Serena Williams en 2015-2016 en ganar 12 partidos consecutivos en el cuadro principal de Roland Garros. El increíble rendimiento y la regularidad de Swiatek consolidan aún más su estatus como una fuerza formidable en el tenis femenino.
En los cuartos de final del cuadro individual masculino, Alexander Zverev se enfrentó a Tomas Martin Etcheverry. Zverev, conocido por su potente juego desde la línea de fondo, demostró su resistencia y adaptabilidad. Tras dividir los dos primeros sets, Zverev protagonizó una gran remontada, superando una desventaja de 0-2 en el tercer set y ganando cinco juegos seguidos para hacerse con el control del partido. Con un juego de red eficaz y pocos errores, Zverev se aseguró una reñida victoria por 6-4, 3-6, 6-3 y 6-4, que supone su tercera presencia consecutiva en las semifinales de Roland Garros.