Autor : Monojit Mandal
Stan Kroenke, el famoso magnate del deporte, ha consolidado su propiedad de los Denver Nuggets, así como de los Colorado Avalanche y su prestigioso estadio, en un acuerdo sin precedentes por valor de 450 millones de dólares. Este pacto histórico, formado por una cláusula visionaria, garantiza que el equipo de la NBA permanecerá en Denver durante el próximo cuarto de siglo. Hasta ahora, los Nuggets han prosperado bajo la dirección de Kroenke, y Forbes valora su valor actual en 1.930 millones de dólares.
Si tenemos en cuenta los orígenes de este excepcional negocio, está claro que la familia Kroenke no temía asumir riesgos en 1999. A principios del nuevo siglo, los Nuggets, un equipo relativamente pequeño, estaban a punto de ser traspasados. Los Kroenke, por su parte, echaron por tierra las expectativas al sumergirse de lleno en el proceso de adquisición, demostrando un compromiso inquebrantable y una creencia genuina en el potencial de la franquicia.
El concepto de deslocalización, que en su día supuso una gran amenaza, ha quedado obsoleto. La atención se centró en la extraordinaria trayectoria de los Nuggets hasta las Finales de la NBA, un logro alcanzado gracias a la inquebrantable paciencia de los Kroenke y a los medios poco convencionales para crear un equipo de nivel de campeonato.
Wellington Webb, alcalde de Denver en 1999, da fe de la inquebrantable dedicación de Stan Kroenke:«Una cosa que sé de Stan es que cuando se dedica a conseguir algo, y cuando cree que es lo correcto, luchará por ello«.
Stan Kroenke, aunque se casó con la heredera de Walmart Ann Walton, ya había perfeccionado sus habilidades financieras antes de la boda. Su aventura comenzó con un préstamo de 1.500 dólares de su padre, que utilizó para invertir en una tienda de ropa con un amigo íntimo. Aprovechando su éxito inicial, Kroenke se lanzó rápidamente al sector inmobiliario, asociándose con un promotor vinculado al fundador de Walmart, Sam Walton.
La unión de la propiedad y el deporte ha sido una tendencia popular en los últimos años, una situación que Kroenke previó. Lamentablemente, los responsables de Kroenke no respondieron a las solicitudes de entrevista de The Associated Press.
La primera entrada de Kroenke en el mundo del deporte fue a través de su relación con Georgia Frontiere, propietaria de los Rams. Frontiere buscó socios financieros que le ayudaran a trasladar el equipo a San Luis a mediados de los noventa, molesto por la falta de avances en la construcción de un nuevo estadio en Los Ángeles. Reconociendo la posibilidad, Kroenke aceptó la propuesta y se convirtió en socio.
Kroenke se acogió a su derecho a comprar una participación mayoritaria en el equipo tras la muerte de Frontiere en 2008.
Irónicamente, el mismo nativo de Missouri, Stan Kroenke, acabó siendo el responsable del regreso de los Rams a Los Ángeles, donde ahora son los principales inquilinos de su espectacular estadio de 5.100 millones de dólares. Sin embargo, la relación de Kroenke con Denver es radicalmente distinta, y su lealtad eterna a la ciudad es prueba de su pasión.
Se puede argumentar convincentemente que el campeonato de baloncesto es sumamente importante para una familia que ha ganado tres Copas Stanley con los Avalanche, una Super Bowl con los Rams y sigue aspirando a la gloria con el Arsenal, el equipo de fútbol de la Premier League en el que tiene una participación mayoritaria desde 2011.