Luka Sucic tenÃa ante sà una oportunidad inmejorable el pasado sábado en el Ciutat de Valencia. Con Sergio Francisco ya fuera del banquillo y Jon Ansotegi al frente del equipo de manera interina, el croata volvió a ser titular en LaLiga en un contexto de máxima exigencia. No era un partido cualquiera ni una rotación sin trascendencia: la Real se jugaba mucho ante un rival importante y Sucic aparecÃa en el once después de haber marcado en Copa, impulsado por esa sensación de que podÃa ser su momento. Sin embargo, el centrocampista no logró aprovechar la ocasión y firmó un encuentro gris, sin impacto real en el juego.
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Defenestrado durante semanas por Sergio Francisco, la titularidad en Valencia parecÃa una puerta abierta para Sucic. Era apenas su segunda aparición de inicio en LaLiga esta temporada, tras haber sido titular ante el Espanyol en la segunda jornada, y la tercera en total si se suma el duelo copero ante el Negreira. Lejos de mostrarse incisivo o participativo, el croata volvió a dejar una imagen frÃa. Su partido estuvo marcado por la desconexión: alejado del circuito de juego, sin continuidad con balón y sin capacidad para enlazar con los hombres más ofensivos. La Real necesitaba criterio y presencia entre lÃneas, pero Sucic nunca consiguió instalarse en zonas donde pudiera hacer daño.
La actuación del centrocampista fue de más a menos… o, más bien, plana de principio a fin. Tocó la mayorÃa de sus balones en zonas muy retrasadas, cerca de la medular y siempre lejos del área rival. No encontró socios, no aceleró el juego y tampoco ofreció soluciones cuando el equipo necesitaba un paso adelante. Dio la sensación de estar fuera del partido, como si el ritmo y la tensión del encuentro no fueran con él. Es en parte normal sentir eso. Es difÃcil entrar de buenas a primeras otra vez y volver a sentir como si el tiempo no hubiera pasado. Quizás no sea el partido para sacar todas las conclusiones sobre su nivel. Pero, también quizás, estuviese ante su última oportunidad.Â

