Pellegrino Matarazzo ya es el nuevo entrenador de la Real Sociedad y aterriza en Donostia en uno de los momentos más delicados de los últimos años. Con el equipo al borde del descenso, un vestuario tocado y el entorno en máxima tensión, el técnico estadounidense de origen italiano llega con el reto inmediato de estabilizar al grupo y, a medio plazo, reconstruir un proyecto que ha perdido identidad y resultados. Su figura es poco conocida para el gran público, pero su trayectoria en Alemania y su perfil como técnico de procesos explican por qué la Real ha apostado por él para iniciar una nueva etapa.
Pellegrino Matarazzo nació en Nueva Jersey en 1977, es estadounidense de nacimiento y tiene raÃces italianas. Su perfil no es el habitual en el fútbol europeo: es graduado en Matemáticas Aplicadas por la prestigiosa Universidad de Columbia, una formación que ha marcado su manera de entender el juego y el trabajo diario. Antes de ser entrenador fue futbolista, aunque su carrera no alcanzó grandes focos. Tras varios intentos en Italia, desarrolló prácticamente toda su etapa como jugador en Alemania, pasando por equipos como el Eintracht Bad Kreuznach, Wehen, Münster, Wattenscheid y Nuremberg, club en el que acabarÃa asentándose durante años.
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Precisamente en Núremberg comenzó a gestarse su futuro en los banquillos. Al no lograr una carrera destacada como futbolista, Matarazzo decidió quedarse en el club tras su retirada en 2010 para empezar a formarse como entrenador en las categorÃas inferiores. Allà inició un camino paciente, alejado del ruido, centrado en el aprendizaje y el desarrollo de jugadores. En 2015, durante un curso de la Escuela de Entrenadores, coincidió con Julian Nagelsmann, con quien compartió habitación. Esa relación serÃa decisiva para su futuro inmediato.
Pellegrino Matarazzo, nuevo entrenador de la Real Sociedad
MUNDODEPORTIVO.COM / Otras Fuentes
En 2017, Nagelsmann le abrió la puerta del Hoffenheim para incorporarse primero a la estructura de base y, un año después, como asistente del primer equipo, con el que compitió en la fase de grupos de la Champions League. En diciembre de 2019 llegó su gran oportunidad: asumir el banquillo del Stuttgart, un histórico alemán en horas bajas. En su primera temporada logró el ascenso a la Bundesliga y asentó al equipo en la élite, con un notable noveno puesto en la 2020-21. Tras salir en 2022, regresó al Hoffenheim en febrero de 2023, cogiendo al equipo cerca del descenso, salvándolo con margen y llevándolo a Europa League en la temporada siguiente, antes de ser destituido un año después.