Autor: Shreyas Sharma
El Botafogo, actual líder del Campeonato Brasileño, ha anunciado la marcha de su entrenador, el portugués Bruno Lage. La decisión se tomó tras sólo tres meses en el cargo, marcando una breve y tumultuosa etapa de Lage al frente del club carioca.
Bruno Lage, conocido anteriormente por sus cargos directivos en el Benfica y el Wolverhampton Wanderers, fue contratado a principios de julio. Se le consideraba el sucesor de Luís Castro, otro portugués que había llevado al Botafogo a un inesperado primer puesto en el Brasileirão antes de marcharse al Al Nassr de Arabia Saudí. Bajo el mando de Castro, el Botafogo había acumulado una importante ventaja de 11 puntos, la mejor desde el último título conquistado en 1995. Sin embargo, durante el mandato de Lage, se produjo un preocupante descenso del rendimiento del equipo tanto en los partidos nacionales como en los continentales.
Los últimos reveses han incluido una decepcionante eliminación de la Copa Sudamericana a manos del Defensa y Justicia argentino y un único punto en los cuatro últimos partidos de liga. La gota que colmó el vaso parece haber sido el empate 1-1 contra el Goiás, cuando los frustrados hinchas del Botafogo expresaron su descontento llamando «tonto» a Lage.
Aunque el comunicado oficial del club elogiaba a Lage por su profesionalidad y compromiso, también destacaba los recientes resultados insatisfactorios, a pesar de un prometedor comienzo de 10 partidos invicto. El Botafogo expresó su gratitud a Lage y a su equipo técnico, deseándoles éxito en sus futuros empeños.
Sin embargo, entre bastidores parece haber algo más. Las conversaciones entre el propietario del club, John Textor, y los principales actores revelaron importantes tensiones. Los dirigentes del equipo han expresado su descontento con Lage, especialmente tras su decisión sobre Tiquinho Soares en el partido contra el Goiás. Este conflicto interno no fue la única razón de la marcha de Lage, pero sin duda desempeñó un papel clave.
Con la marcha de Lage, la responsabilidad recae ahora en los jugadores del Botafogo. Han recibido un voto de confianza de Textor, que cree en la capacidad del elenco para afrontar los retos del futuro. Los jugadores, por su parte, expresaron su confianza en el seleccionador interino, Lúcio Flávio, y en el veterano Joel Carli.
Mientras el Botafogo se prepara para su próximo partido, contra el Fluminense en el emblemático Maracaná, se mantiene líder con siete puntos de ventaja. La afición y la directiva del club esperan que el equipo recupere la forma en busca de su primer título del Brasileirão en casi tres décadas.