Autor: Shreyas Sharma
Fernando Diniz, el nuevo entrenador de la selección brasileña de fútbol, ya ha empezado a dejar huella. En su primer partido al frente del equipo, contra Bolivia, Brasil no sólo obtuvo una contundente victoria por 5-1, sino que estableció un nuevo récord de posesión del balón, con un increíble 80%.
No se trata sólo de una estadística, sino de un claro reflejo de la particular filosofía futbolística de Diniz, que hace hincapié en el control, la creatividad y la abundancia de ocasiones de gol. Lo que lo hace aún más intrigante es que Diniz ya había alcanzado esta marca del 80% de posesión al principio de la temporada, cuando entrenaba al Fluminense en un partido contra el Vasco. Aunque este partido acabó en empate a uno, fue un claro indicador de que el planteamiento táctico de Diniz podía dominar el terreno de juego.
Pero la visión de Diniz para el equipo va más allá de la posesión del balón y la brillantez individual. En el partido contra Bolivia también se puso de manifiesto la excepcional habilidad de Neymar, autor de dos goles. Sin embargo, Diniz quiere acabar con cualquier noción de «Neymardependencia» dentro del equipo.
Quiere construir una plantilla en la que el protagonismo no recaiga sólo en un jugador, sino que sea compartido por todos. Afirmó que la nueva generación de jugadores brasileños aporta al fútbol mundial una calidad poco común, que incluye técnica, velocidad, regate y agilidad. Su estructura táctica pretende garantizar que el equipo no dependa de un solo jugador, haciendo hincapié en que el esfuerzo colectivo a menudo eclipsa la brillantez individual.
De cara al futuro, el próximo desafío de Diniz es el partido contra Perú, este martes (12), a las 23:00 (hora de Brasilia), en Lima. Está decidido a mantener el impulso y seguir aplicando su visión táctica de un «Brasil más plural». Con talentos emergentes como Rodrygo y Raphinha, que también dejaron su impronta en el partido contra Bolivia, la selección brasileña tiene margen para mejorar y crecer.
Fernando Diniz ha iniciado un nuevo capítulo en el fútbol brasileño, que promete una mezcla de ingenio táctico y brillantez colectiva. Aunque aún es pronto, los primeros indicios son más que prometedores. Diniz no es sólo un entrenador a seguir, es un técnico dispuesto a redefinir el futuro del fútbol brasileño.