Autor: Shreyas Sharma
El luchador de artes marciales mixtas (MMA) Nate Diaz se entregó el jueves a la policía en Nueva Orleans, tras una orden de detención emitida el lunes por su presunta implicación en una pelea callejera. Díaz, conocido por ser una de las figuras más importantes de la Ultimate Fighting Championship (UFC), fue sorprendido cuando dejaba inconsciente a un hombre tras una llave de estrangulamiento.
El incidente tuvo lugar a la salida de un evento de boxeo el pasado viernes, y los vídeos de la pelea circularon por las redes sociales. El representante de Díaz, Zach Rosenfield, defendió las acciones de su cliente, alegando que Díaz actuó en defensa propia. Díaz pagó la fianza y pasó sólo cuatro horas en prisión antes de ser puesto en libertad.
El Departamento de Policía de Nueva Orleans y el sistema judicial fueron elogiados por Rosenfield por su profesionalidad y el trato dispensado a Díaz. Díaz fue autorizado a continuar sus viajes, incluido el regreso a su ciudad natal de Stockton.
Díaz, que tiene un récord de 21-12 en MMA, ha sido una figura controvertida en el deporte, conocido por su personalidad impetuosa y su voluntad de participar en peleas verbales con sus oponentes. La última vez que luchó fue en octubre de 2022, cuando perdió contra Jorge Masvidal en una revancha muy publicitada.
La UFC aún no se ha pronunciado sobre la detención de Díaz, pero muchos aficionados y analistas esperan que la organización tome medidas disciplinarias contra él. La próxima pelea de Díaz, prevista para junio de 2023, está ahora en peligro debido a sus problemas legales.
Este incidente es otro recordatorio de los peligros de las peleas callejeras y de la importancia del autocontrol y la resolución de conflictos. Aunque Díaz pudo haber justificado sus acciones, recurrir a la violencia nunca es la mejor solución a un problema.