Autor : Monojit Mandal
En las últimas negociaciones de la NBA, los ejecutivos de la liga consideraron que el precio que pedían los Philadelphia 76ers por la estrella James Harden era «poco razonable», según la información compartida por Kyle Neubeck de PhillyVoice. A medida que se desarrollan las negociaciones, surgen preocupaciones sobre el enfoque del equipo y las posibles ramificaciones en la química del equipo.
Los informes sugieren que el presidente de operaciones de baloncesto de los Sixers, Daryl Morey, ha fijado un alto valor para Harden, similar al prolongado enfrentamiento que involucra a Ben Simmons. Adrian Wojnarowski, de ESPN, destacó en NBA Today el historial de Morey de exigir inicialmente precios altos y luego reducirlos. Sin embargo, los equipos dudan en satisfacer las demandas actuales de Morey para un comercio que involucre a Harden.
A diferencia de la situación de Simmons, en la que la firmeza de Morey acabó asegurando un acuerdo de intercambio favorable, la oficina delantera de los 76ers se enfrenta ahora a un escenario más desafiante. Parece poco probable que el valor comercial de Harden aumente significativamente, dejando a Filadelfia con opciones limitadas y una posible pérdida en el horizonte.
La decisión de Harden de ejercer su opción salarial de 35,6 millones de dólares estuvo motivada en parte por la falta de interés en él durante la agencia libre. En particular, los Houston Rockets, anteriormente vinculados al 10 veces All-Star, optaron por buscar y fichar a Fred VanVleet. Este suceso complica aún más la situación de Morey y los 76ers, que se debaten entre la posibilidad de traspasar a Harden con una aparente pérdida, lo que podría tener consecuencias perjudiciales para el equipo.
Una reciente entrevista con Joel Embiid, de Filadelfia
en el Festival de Cine Uninterrupted también levantó sospechas, ya que el vigente MVP expresó su deseo de ganar un campeonato independientemente de su afiliación a un equipo. Los comentarios de Embiid insinuaron que un posible trade que debilitara a los 76ers podría no sentarle bien, sugiriendo una posible discordia dentro del equipo.
Aunque la postura de Morey es comprensible dadas las circunstancias, preocupa que su reticencia a ajustar las exigencias iniciales de la negociación no haga sino retrasar un desenlace inevitable. Cuanto más tiempo persistan las negociaciones sin llegar a un compromiso, mayor será el riesgo de una posible ruptura de la química del equipo y los efectos adversos que ello podría tener en las aspiraciones de Filadelfia.
A medida que se desarrollan las negociaciones, la comunidad de la NBA está muy atenta para ver si los 76ers reevalúan su postura y llegan a un acuerdo que satisfaga tanto sus objetivos como las realidades del mercado de fichajes.